¿Qué tiene que ver una cárcel con una liga de debate?
Cuando piensas en una cárcel, probablemente lo primero que te viene a la mente son barrotes, celdas y guardias, ¿verdad? Pues en el centro penitenciario Quatre Camins decidieron romper con esos clichés organizando una liga de debate. Sí, ¡debate! De esos en los que defiendes posturas con argumentos sólidos y a veces hasta con un poco de humor inteligente.
En esta octava edición, organizada por la Universitat Pompeu Fabra y la Generalitat, 30 internos de Quatre Camins dejaron a todos boquiabiertos al debatir si los animales deberían vivir en cautividad. Y lo mejor: lo hicieron con pasión, inteligencia y un desparpajo que ya quisieran muchos políticos.
Hablar en público: el gran reto
¿Alguna vez has intentado hablar frente a un público? Ahora imagina hacerlo siendo juzgado no solo por tus argumentos, sino también por el estigma de ser un interno. Aquí es donde la liga de debate demuestra su magia. Durante un mes, los participantes aprendieron a estructurar ideas, refutar argumentos y, sobre todo, a creer en sí mismos.
El resultado fue impresionante. Almamy, del equipo ganador, “El Rugit de Quatre Camins”, resumió la experiencia así: “No es fácil defender algo con lo que no estás de acuerdo, pero lo logramos y nos divertimos mucho”. ¿El truco? Entrenamiento, apoyo y la voluntad de superar barreras.
¿Y qué tal el nivel de los debates? Altísimo. Tanto que un jurado compuesto por expertos, incluido el dramaturgo Paco Antón, no pudo evitar aplaudir la capacidad de los internos para conectar con el público.
El humor, la mejor herramienta
Si pensabas que un debate en una cárcel sería tenso y solemne, te equivocas. Aquí también hubo lugar para las carcajadas. En una de las refutaciones, un participante dijo con ironía: “Debemos endurecer las leyes contra el maltrato animal. La gente se las salta. Vosotros lo sabéis mejor que nadie”. El salón estalló en risas, mostrando cómo el humor puede humanizar incluso las situaciones más difíciles.
El uso del humor no solo relajó el ambiente, sino que permitió a los internos conectar entre ellos y con el público. Porque, al final, ¿quién no disfruta de una buena risa, incluso en medio de un tema serio?
Voluntarios y educación: el motor detrás del éxito
Los internos no estaban solos. Contaron con la ayuda de estudiantes de derecho y formadores de la escuela Salvador Dalí, quienes los guiaron durante el proceso. Núria Via, una de las voluntarias, compartió emocionada cómo les enseñaron a ordenar sus ideas y expresar sus valores. Según ella, lo más impactante fue la complicidad que se generó entre todos.
El papel de estos voluntarios fue crucial para transformar la liga en algo más que una actividad: fue una herramienta educativa y emocional que les dio a los internos una nueva perspectiva de sí mismos.
- Primero, les ayudaron a organizar sus ideas. ¿Tienes una opinión fuerte? Perfecto, pero ¿puedes defenderla con argumentos sólidos?
- Segundo, trabajaron en la confianza. Hablar frente a un público no es fácil, pero con práctica, todo es posible.
- Tercero, fomentaron la empatía. Defender una postura con la que no estás de acuerdo te hace entender otros puntos de vista.
El mensaje detrás del debate
El tema de la cautividad de los animales se convirtió en una metáfora de la propia situación de los internos. Brian, del equipo ganador, lo resumió de forma brillante: “El ser humano es el problema, pero puede ser la solución”. Y Marc, otro participante, añadió una frase que quedó grabada en todos: “Nadie vive en cautividad por voluntad propia. No lo olvidéis, ni pájaros sin cielo, ni orcas sin mar”.
Estos mensajes no solo mostraron la profundidad de los debates, sino también el impacto emocional que tuvo la experiencia en los participantes. Porque, al final, se trata de mucho más que palabras: se trata de segundas oportunidades.
¿Por qué estas iniciativas son tan importantes?
El director de Quatre Camins, Joan Pere Queralt, lo dijo claro: “La educación es la herramienta más poderosa para la reinserción”. Y no podría tener más razón. Estas ligas no solo mejoran las habilidades de los internos, sino que también les dan la oportunidad de mostrar que son mucho más que su pasado.
Además, actividades como estas ayudan a romper el estigma asociado a los internos. Al verlos en un contexto diferente, argumentando, riendo y reflexionando, el público puede comprender que todos merecemos una segunda oportunidad.
El futuro de la liga de debate
Esta no es la primera vez que se organiza una liga de debate en un centro penitenciario. De hecho, ya se han llevado a cabo varias ediciones en otras cárceles catalanas, como Brians y Brians 2. Pero el éxito en Quatre Camins demuestra que hay potencial para expandir estas iniciativas a más lugares.
La idea es clara: llevar la oratoria y la educación a todos los centros penitenciarios, porque cada interno que participa en estas actividades se convierte en un paso más hacia su reinserción. Y si encima lo hacen con humor y pasión, ¿qué más se puede pedir?
Conclusión (pero sin llamarla así)
La liga de debate en Quatre Camins es mucho más que una competencia de oratoria. Es un ejemplo de cómo la educación, el humor y la empatía pueden transformar vidas y derribar barreras. Porque, al final, como dirían los propios internos, nadie vive en cautividad por voluntad propia. Y todos merecemos una segunda oportunidad para volar.
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