Una ERC dividida pero con ganas de coser heridas
Imagina que estás organizando una fiesta y la mitad de los invitados quiere karaoke y la otra mitad, bailar salsa. Así de dividida quedó Esquerra Republicana (ERC) tras su congreso interno. Con un 52% de votos, Elisenda Alamany se llevó la batuta, pero claro, no todo el mundo está aplaudiendo.
Alamany lo tiene claro: quiere recoser las diferencias internas. Se ha comprometido a visitar agrupaciones locales, como ese amigo que va casa por casa disculpándose después de una pelea en WhatsApp. Lo suyo es unir a un partido donde algunos aún no superan los carteles difamatorios contra los hermanos Maragall. ¿Solución? Una “comisión de la verdad”. Aunque, ojo, no todos están de acuerdo con esta estrategia.
¿Qué pasó con los carteles de los Maragall?
Resulta que en la última campaña municipal alguien tiró de Photoshop con mala leche para desprestigiar a los hermanos Maragall. Alamany quiere esclarecer quién fue el creador del “arte” y que, si hay culpables, se tomen medidas. La lista rival, liderada por Godàs, piensa que este drama mejor se soluciona de puertas para adentro, pero ella va por todo. ¡Plot twist político!
Salvador Illa en el punto de mira
Elisenda no está para tonterías. Ha dejado claro que ERC responderá a cualquier falta de respeto a Cataluña. ¿A qué se refiere? Pues, por ejemplo, al tema de los 15.000 millones de euros que la Generalitat le debe al Fondo de Liquidez Autonómica (FLA). Según ella, el PSOE se comprometió a condonar esta deuda, pero hasta ahora, nada de nada. Como quien promete pagar el café y nunca saca la cartera.
Otro tema que trae cola es el 112 compartido entre Mossos y Policía Nacional. A Alamany esto no le hace gracia y lo ha dejado clarito. Si el PSOE quiere apoyo para los Presupuestos, tiene que cumplir sus promesas. ¿Un ejemplo? Es como cuando en una relación uno promete lavar los platos y luego los deja acumulados. ¡No hay paciencia infinita!
¿Y qué pasa con el aceite de oliva?
Un detalle curioso que mencionó Alamany fue el “desprecio” a los productores catalanes de aceite de oliva. Según ella, es como si los socialistas se olvidaran de ese oro líquido que da vida a nuestras tostadas. Aquí, ERC quiere defender lo suyo y asegurarse de que Cataluña tenga el respeto que merece, ¡aunque sea en la cocina!
ERC y Barcelona: ¿Nos subimos al tren del gobierno municipal?
¿Se acuerdan del preacuerdo para que ERC entrara en el gobierno de Jaume Collboni en Barcelona? Bueno, eso quedó en pausa por un intenso debate interno. Ahora, Alamany quiere que la decisión la tome la militancia. Ella respeta la autonomía municipal, pero deja claro que quiere que ERC tenga protagonismo en Barcelona, ya sea dentro o fuera del gobierno. ¿Cuándo? Pues cuando “el momento sea tranquilo”. Spoiler: en política catalana eso pasa cada eclipse solar.
¿Qué quiere decir “protagonismo”?
Piénsalo como en un grupo de teatro: ERC no quiere ser el técnico de luces, sino el protagonista de la obra. Aunque no sea Collboni quien les escriba el guion, quieren asegurarse de que su voz se escuche en los temas importantes de la ciudad.
La apuesta de ERC para 2027
Elisenda sabe que los últimos años no han sido de fiesta electoral para ERC. Su objetivo es claro: ganar terreno en las elecciones municipales de 2027. Para ello, tienen que dejar atrás los malos ciclos políticos y presentarse como la opción fresca y unida que el electorado necesita.
Es como en un equipo de fútbol: después de varios partidos perdidos, toca reorganizar el banquillo y salir al campo con energía renovada. Junqueras sigue en la alineación, pero Alamany está decidida a que las jugadas cambien.
Un equipo para todos
Alamany insiste en que es la secretaria general de todos, no solo de los que votaron por ella. Quiere hacer un ERC inclusivo, donde cada militante se sienta escuchado. Esto implica un esfuerzo titánico para reconciliar a las distintas facciones del partido. Vamos, como cuando en un grupo de amigos unos prefieren playa y otros montaña: su tarea es encontrar ese punto medio.
Conclusión: Un futuro lleno de retos
El camino para ERC no será fácil, pero con Alamany al frente, hay esperanza de que las cosas tomen un rumbo más estable. Los desafíos son grandes, desde recoser el partido hasta plantarle cara a Salvador Illa. Pero si algo ha dejado claro la nueva dirección, es que están listos para responder a los retos con decisión, un poco de diálogo y mucha convicción.
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